LA CARRETA DE ROBLE | Cuento Inspirador – Basado en Hechos Reales.
En una carpintería, el dueño de la misma, tuvo que presenciar durante varios días, una desafortunada situación, entre un empleado y un encargado de su taller.
Estos, en diferentes momentos del día, discutían de absolutamente todo, y por todo.
Pero hubo un intercambio de frases, que lo impulsó a tomar rápida acción, sobre lo que venía sucediendo.
Escuchó que el operario dijo: Debería de ser yo el encargado, vos, no sabes absolutamente nada.
Y al encargado responder: Sin dudas sé más que vos, por eso soy encargado.
Discutían realmente todo, a tal punto de que si algo salía mal, siempre se culpaban el uno con el otro.
El dueño y jefe de la fábrica, tan agotado del ambiente laboral que habían generado, llamó a todos a una reunión.
Pero esta reunión no sería sentados en una sala, sino en el medio del taller.
La lección que les daría, sería inolvidable.
Al día siguiente, casi al finalizar la jornada, juntó a todos, y les pidió a su empleado y a su encargado, que se acercaran a la carreta tapada con la lona.
Y les dijo: ¿Quién de ustedes se animaría a mover la carreta hasta el depósito?
Rápidamente, el encargado y el empleado respondieron al mismo tiempo. ¡Yo!, yo puedo.
¡Muy bien!, inténtelo. El empleado intentó, pero no pudo. Agachó su cabeza y se apartó.
¿Quiere intentarlo Ud.? ¡Claro que sí!, respondió el encargado. Pero tampoco pudo.
Y dijo: No lo hubiese pensado, pero la carreta de aserrín, es muy pesada para correrla solo señor.
El jefe les pidió: Ahora intenten ambos, juntos, y vean si pueden correrla.
Con miradas entrecruzadas, empleado y encargado, se acercaron a la carreta y lograron moverla.
El jefe miró a ambos y les dijo: Los felicito, juntos lograron lo que por separado les fue imposible.
En el futuro, procuren no discutir por individualidades, y entiendan que sin importar la jerarquía que tengan, forman parte de un equipo de trabajo.
El jefe, agradeció el tiempo de todos, y mientras caminaba alejándose, les indicó que cuando lo consideraran, podrían retomar sus actividades.
Todos respondieron al mismo tiempo: ¡Gracias, muchas gracias!, entendimos la lección; y comprendemos que jamás hubiésemos movido la carreta de su lugar por separado; solo juntos fue posible. Por eso Ud. es nuestro jefe.
El jefe detuvo su caminar, volteó hacia la carreta, y se acercó a ella.
Miró a todo su equipo y les dijo: Créanme, que mi mayor deseo, es que todo aquel que quiera ser jefe, logre ser jefe; aquel que desee ser operario, logre ser el mejor operario; y quien desea ser encargado, encargado sea entonces.
Pero si me permiten, les contaré, porque razón me llaman jefe, y por qué razón desearía dejar de serlo. Y es que no todo se trata de querer ser, sino, en trabajar y esforzarse para serlo.
Todos quedaron sorprendidos, escuchando sus palabras, y preguntándose qué es lo que estaría por decirles.
El jefe reflexionó: Me di cuenta, que tal vez no sea un error mío, que yo no soy el culpable de sus malos tratos, pero que sin duda, desde mi lugar, podía, y debía liderar para dar fin a esta situación.
Todos se quedaron en silencio.
El jefe dijo: Vieron que la carreta estaba en el medio del taller; pero nadie se preguntó, cómo había llegado, qué tenía en su interior, ni quién la había traído.
La carreta no llegó sola aquí. ¿Cierto?
Y continuó: Ayer, cansado de escuchar tantas discusiones y confrontación, quejas de otros compañeros, y falta de respeto entre ustedes, me quedé hasta tarde, y traje la carreta justo aquí.
Después de vaciar el aserrín que contenía y ponerlo en bolsas, fui hasta el depósito, y agarré varios cortes de madera, uno por uno, para así darle mayor peso a la carreta.
Luego, tapé por completo la carreta con la lona, firmemente, al igual que cuando se completa con aserrín.
Por eso, a nadie le llamó la atención que esté allí. ¿Verdad?
Y finalizó: Esto, les da muestra, de que el trabajo, pude hacerlo solo, pero mi deseo como jefe, es en realidad, ser el mejor líder posible.
Me esfuerzo, y trabajo día a día, para demostrarles, que aunque uno pueda hacer las cosas solo, cuando se hacen en equipo, es mejor.
Les pido a ustedes, que trabajen responsablemente, en ser los mejores líderes que puedan ser, respetándose, valorándose, y trabajando juntos.
#Reflexión del autor: “A veces, el ruido enceguece, cuando no vemos a quienes trabajan por nosotros en silencio".
LA CARRETA DE ROBLE | Cuento Inspirador – Basado en Hechos Reales.
Autor: Fernando Martín Hernández