Soy autor de una frase, más que frase un lema que llevo conmigo hace años, un mantra es mucho decir, pero podría serlo si mi ego lo permite. Dice así: "La diferencia entre decir y hacer es el resultado".
Y, ¿el pensar?. Y, ¿el ser? Me preguntó alguna vez el escritor, investigador, abogado y ex Secretario de Gobierno Ricardo Male Monsalve... (www.ricardomale.com)
Sentado en una sala que ya me era familiar, me encontré nuevamente en conversación con Ricardo, alguien con quien he compartido más que charlas casuales a lo largo de estos años. Sin embargo, lo que ocurrió aquella tarde fue diferente, algo que me sorprendió por completo: la herencia invisible del ser humano.
Ricardo comenzó a hablar, no como el escritor y profesional experimentado que todos conocen, sino con la calma y la profundidad de alguien que ha reflexionado durante años sobre lo que realmente importa en la vida. "Hay cosas que no se heredan en testamentos," dijo, con una seriedad que capturó mi atención de inmediato. En un mundo donde la herencia se mide en propiedades y bienes, esas palabras encendieron en mí una curiosidad inesperada.
Me explicó que la herencia invisible es aquello que llevamos dentro sin siquiera saberlo. Es la suma de las experiencias, traumas, miedos y pasiones que nos son transmitidos de generación en generación, no a través del ADN, sino a través de lo que callamos, de las historias no contadas, de las emociones que se esconden en lo más profundo de nuestra psique (el alma humana).
Mientras hablaba, me di cuenta de que no era solo una charla más. Lo que me estaba compartiendo era una perspectiva que tenía el poder de cambiar la forma en que entiendo mi propia vida. Pensé en mi familia, en las historias que se han contado y en aquellas que nunca se han mencionado. Y entonces comprendí que lo que Ricardo estaba diciendo era: llevamos dentro de nosotros una historia que no elegimos, pero que nos define.
"Esos legados intangibles son más poderosos de lo que creemos," continuó, observándome con esa mirada que solo alguien cercano puede sostener sin incomodidad. Sentí que sus palabras estaban rasgando el velo de la realidad cotidiana, revelando una verdad que siempre había estado allí, pero que nunca había notado.
Mi mente seguía procesando lo que acababa de escuchar. La "herencia invisible" no era solo una idea filosófica, era una realidad viva, presente en cada uno de nosotros. Y me dejó con una certeza: lo que heredamos no siempre se mide en cosas tangibles. Es un legado de emociones, de cargas que no entendemos, pero que nos influyen en formas que solo ahora comienzo a comprender.
Esa conversación me cambió. Ricardo, con su sabiduría tan propia y cercana, me mostró que lo invisible, lo que no se toca ni se ve, es lo que verdaderamente nos moldea. Y esa revelación, viniendo de alguien a quien conozco leo y admiro, hizo que todo cobrara aún más sentido.
¿Para qué sirve y en qué ayuda a los emprendedores reconocer la herencia invisible?
La herencia invisible, formada por valores, creencias y experiencias transmitidas a través de generaciones, influye profundamente en los emprendedores. Aporta en la formación de valores éticos, resiliencia, y disposición para la innovación y el riesgo.
Para usarla a favor, primero deberíamos identificar y reflexionar sobre estos patrones heredados. Luego, reencuadrar las experiencias negativas en lecciones valiosas, incorporar los valores positivos en la cultura empresarial, y desarrollar una mentalidad de crecimiento.
Con una comprensión clara de tu herencia invisible, puedes aprovecharla para tomar decisiones más conscientes y construir un emprendimiento y/o negocio más sólido y ético.
El ser interior y su prisa por ser
En un mundo donde la velocidad lo es todo y la juventud navega entre la ansiedad del presente y el miedo al futuro, hay un tesoro oculto que muchos no alcanzan a descubrir: la herencia invisible.
Esta colección de intuiciones, miedos, y sabiduría no escrita, transmitida de generación en generación, permanece enterrada bajo el peso del estrés diario y la distracción constante del mundo digital.
Hoy en día, pocos se detienen a mirar en su interior, a cuestionar qué fuerzas invisibles moldean sus decisiones. La introspección ha sido desplazada por la prisa, y en esa carrera interminable, dejamos de lado el legado más valioso que poseemos.
Explorar esa herencia, desenterrarla del caos moderno, podría ser la clave no solo para entendernos mejor, sino para tomar control real sobre nuestras vidas y nuestros emprendimientos.
Es en ese acto de pausar, de escuchar lo que llevamos dentro, donde reside la verdadera libertad de creación y de ser.
No hay puente, pero hay salto
Como dije antes, hay un legado que no se mide en bienes materiales, que no se inscribe en testamentos ni se entrega en una ceremonia formal, pero que nos marca de manera ineludible. Es la herencia invisible: esa colección de miedos y pasiones, silencios y enseñanzas no dichas, que nos atraviesan como un hilo conductor entre generaciones.
No la vemos, pero la sentimos en cada decisión que tomamos, en cada riesgo que aceptamos o evitamos, moldeando no solo nuestras vidas, sino también nuestros sueños de emprendimiento.
Descubrirla es como desenterrar un tesoro oculto en nuestra propia historia, un tesoro que, una vez revelado, puede cambiar por completo el rumbo de nuestra existencia.
Ricardo Male (Rosales, Córdoba, 1957). Abogado egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, con una maestría en Economía y Derecho Ambiental. Ejerció su profesión, fue docente e investigador en desarrollo integral territorial, autor de la tesis "Responsabilidad Social Empresaria Territorial" como herramienta de gestión para construir capital social local. Dicho programa se implementó con sumo éxito en el Municipio de Pilar, bajo su gestión, lo que le valió ser disertante en diversos foros de América Latina y España. Autor de los libros -El Territorio Invisible- versión en español y en inglés; -El Color de tus ojos- y -Más Allá del Amazonas-.
La psique, del griego ψυχή, psyché, «alma humana», es un concepto procedente de la cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un individuo, unida a su cuerpo en vida y desligada de este tras su muerte. Wikipedia